Mindful eating: ¿Qué es?

Mindful eating: ¿Qué es?

Ciao!

Bueno, bueno…que aún no te había podido felicitar el año nuevo y casi ya finaliza el primer mes del 2015…

Así que no quiero dejar que termine este mes de enero sin saludarte y dejarte muy tranquilo, querido lector…porque aquí sigo, bien viva y “coleando” como se dice por estas tierras y aunque si menos presente con el blog, sobretodo con respecto a mis primeros meses de actividad, durante los cuales no dejaba pasar ni una semana sin un artículo…en realidad estoy más activa que nunca, con más energía, proyectos, ideas y ganas, teniendo muy claro que por lo menos una vez al mes aquí me vas a tener, con algún tema a compartir…

Además de esta forma tendremos todos mucho más tiempo para disfrutar de su lectura y de las reflexiones que seguramente nos surgirán…

Y sin más preámbulos: ¿Qué tal ha empezado este 2015? Y, sobretodo, ¿Qué tal sigue y se presentan sus próximos meses?

A lo mejor ha empezado tal y como se había terminado y esto ya nos gusta, porque, como en mi caso, habíamos tenido un muy buen año…o, en cambio, hasta ha comenzado peor…pienso en concreto a algún/a amigo/a muy querido/a que ha tenido una perdida muy dura justo al principio de este nuevo año.

No puedo, o sì, imaginar lo duro que sea…pero creo firmemente en su fortaleza interna, en su capacidad de recuperación, en sus ganas de seguir adelante, también por respecto a los que han querido y que ya no están…y, sin ir a algo tan duro, hay también quien ha tenido algún cambio importante de vida, ha hecho alguna elección radical o no tanto, a quien tiene la sensación de volver a empezar desde cero…en fin, deseo para todos y cada uno de vosotros, un nuevo año de oportunidades, de cambios, de interesantes aventuras…que por duras que parezcan en un principio, nos van a sacar de nuestra zona de confort, provocarnos, generar nuevas emociones y sensaciones, y estoy convencida que si son vividas con la buena actitud y con ganas, no nos podrán más que traer aprendizaje, evolución y crecimiento…y si no: ¿De que nos sirve pensar lo contrario?

Así que a por ellas, que nosotros podemos con esto y más….

Pero hoy, a parte felicitaros con retraso este 2015, os quería comentar mi participación de ayer en una conferencia sobre un tema que como ya sabéis me fascina…la alimentación…y en este caso en concreto sobre el MINDFULNESS aplicado a ella.

¿Recordáis uno de mis primeros post sobre el Mindfulness?

Me refiero al vivir la vida desde el “aquí y ahora”, la atención consciente a lo que estamos viviendo, sintiendo, pensando… “el estar por lo que se tiene que estar” en pocas palabras. Si no os suena os invito a volver a leerlo, aquí tenéis el enlace:

https://arkobalenocoach.wordpress.com/2012/11/07/que-pasaria-si-dejaras-de-ir-con-el-piloto-automatico-por-un-momento/

Esta filosofía que los occidentales hemos sabido recoger del mundo oriental, quitándole su vertiente más espiritual y religiosa, puede aplicarse a todo tipo de ámbito, entre ellos, a la alimentación.

Así nos lo explicaron muy bien ayer los dos conferenciantes, Pilar Casanovas y Enrique Escauriaza, tras un buena introducción donde nos centraron en el PARA QUÉ COMEMOS y con una práctica muy interesante nos ayudaron a entender la aplicabilidad del mindfulness a la alimentación y sus posibles beneficios.

Te has llegado a preguntar ¿PARA QUÉ COMES? Claro para saciar tu hambre…¿Pero estás seguro/a que es solo para esto?

Piénsalo…efectivamente, hay mucho más que esto: comemos para compensar algún vacío, por ansiedad, porque nos sentimos tristes, porque tenemos frío, porque nos invita nuestra cultura a hacerlo en todo momento para celebrar algo… hasta comemos a veces por aburrimiento…y seguro que hay muchas más razones que no tienen nada a que ver con el hambre. Por placer también, por supuesto.

Y cuando comemos por todas éstas y más razones que no tienen nada que ver con saciar nuestro apetito fisiológico, ¿Qué es lo que nos apetece comer? Probablemente no será un plato de verduras…más bien algo con azúcar, grasa, sal…unos donuts, unas golosinas, unas patatas fritas…:)

¿Y cuando nos apetecerá hacerlo? Pues siempre, en cualquier momento…porque comer todo estas “porquerías” se asocia a vaciar, a “saciar” algún tipo de emoción, así que la comida sustituye de forma temporal la emoción que queremos compensar, hasta que hagamos la digestión y se presente nuevamente la emoción más fuerte que nunca, así que volveremos a necesitar introducir comida para coger sitio a la emoción….y así a seguir.

¿Y qué cantidad necesitaremos ingerir? Infinita….hasta que la bolsa de patatas fritas o la tableta de chocolate se termine…sin límites o hasta que no nos sentamos muy culpables por la cantidad de comida ingerida.

¿Y cómo comeremos todo esto? tragando, a escondidas, sintiéndonos culpables…

¿Y en que gastaremos la energía generada por esta comida? En pensar en que será lo siguiente que comeremos, en què podemos permitirnos y en què no…en fin, la invertiremos en seguir “peleando” con la comida…y así, vuelta a empezar el ciclo.

¿Alguien se encuentra reflejado en este ciclo? Sin vergüenza, seguro que aunque no de forma constante, alguna vez nos hemos encontrado así.

Bien diferente es el ciclo de quien come por hambre…el delgado natural.

¿Y cuál es la solución que normalmente y que la mayoría encuentra a todo esto?…empezar una dieta y, si no te ves capaz de hacerlo por si solo, delegar todo este proceso en una persona externa, en un dietista, que le controlará y le dirá cuantas veces tiene que comer, qué, cómo, cuando…así que seguirá gastando la energía en “pelear” con la comida, con la única diferencia que habrá delegado hacía fuera el control de todo el proceso, hasta que termine la dieta y aunque logre el objetivo, se vuelva a encontrar solo consigo mismo/a…

Uff…desde luego no es muy alentador, lo sé…y como técnico nutricionista no digo que el trabajo de los expertos en nutrición no sirva de nada, al revés, pero es cierto que por si solo a lo mejor no es suficiente, o por lo menos, no funcionará para todos, dado que no trabajará sobre el problema que está en el origen de todo este ciclo: conocer què emociones estamos compensando con esta comida y ver cómo las podemos trabajar, conjuntamente a un cambio de nuestros hábitos alimentarios, cosa en que si nos podrá ayudar a hacer un nutricionista.

Y aquí entra la introducción del mindfulness en nuestro hábitos alimentarios, la capacidad de autorregularnos, tomando conciencia plena de lo que estamos comiendo en todo momento, de cuando, cuanto, cómo…aprender nuestros patrones de cuando abrimos la nevera y qué pasa por nuestra cabeza, etc.

El ser consciente en todo momento de lo que pensamos, sentimos y de nuestras emociones, nos permite salirrnos de nosotros mismos y observarnos como si fuéramos los espectadores de una película, donde resulta que los protagonistas somos nosotros mismos, poder observar nuestros pensamientos, nuestras sensaciones y las emociones que salen al acercar la comida a la boca, al saborearla, al olerla…

Es como si estuviera en mi estomago en el momento que introducimos la comida en su interior. En lugar de estar en el pasado o bien en el futuro donde la mayoría de nosotros solemos estar buena parte de nuestro tiempo, nos centramos en el presente…y todo esto gracias a una herramienta concreta: la meditación y la respiración que a ella va asociada.

¿Qué? ¿Os he picado de forma suficiente la curiosidad y queréis saber más sobre esto?

Yo estoy tan intrigada tras la práctica que nos invitaron a realizar los facilitadores ayer al comer una oliva y a disfrutarla en todas las sensaciones/pensamientos/emociones que nos podía trasladar, que me estoy planteando el seguir investigando, realizando durante este año un curso de formación a respecto. Pienso que es algo que para mí, mi entorno, mis clientes, mis alumnos no puede ser más que beneficioso…

Por otra parte, si aún te sientes escéptico sobre el argumento, te dejo con un enlace interesante que compartieron ayer los formadores a quien, por cierto, agradezco mucho la sesión…para practicar tú mismo la meditación consciente:

http://www.mindfulmanagement.es/audios/

Y finalmente te invito a empezar a practicar desde esta misma noche a la hora de cenar, mañana desayunando o comiendo, para que tù también puedas verificar con tus propias emociones los posibles beneficios del mindful eating.

Allí va mi propuesta de ejercicio para tí. Yo lo estoy haciendo desde ayer.

Esta noche al ponerte a cenar…cierra los ojos y respira, nota el aire que entra y sale por tu boca y antes de comerte los primeros 3 bocados, haz este mismo ritual que te explico a continuación.

Acerca el bocado a tu boca hasta poderlo oler, repasa tus labios con el  como si los estuvieras pintando, hasta a poder sentir su sabor, pregúntate en este momento cual es tu nivel de hambre del 1 al 10…Probablemente será alto, si no has comido nada previamente.

Luego dale pequeños mordiscos sin aún tragar el bocado, haz bola con él como cuando eras un niño, juega con él en tu paladar sintiendo y pensando que emociones te provoca…

Además, cada vez que lo llevas a la boca, deja tu tenedor en cima de la mesa y termina lo que tienes en la boca, antes de coger el siguiente bocado…

Hazlo por lo menos 3 veces y al terminar pregúntate nuevamente de 1 a 10 cuales es tu nivel de hambre tras el ejercicio….

Yo lo hice ayer y es cierto que antes de comer estaba en un 8 y tras solo comer una aceituna, pase a un 6 y seguramente si hubiera comido una segunda oliva de esta misma forma, hubiera bajado aún más. ¿Y tú?

Y finalmente lo que me llamó mucho la atención fue pensar: ¿Cuantas aceitunas en cambio hubiera llegado a poderme comer sin hacer todo este proceso?

¿Cuantas veces nos pasa esto: que tragamos comida sin darnos cuenta, mientras estamos haciendo cualquier otra cosa?

Espero que lo experimentes tú también y que nos cuentes tus vivencias.

Un fuerte abrazo y feliz fin de semana

Claudia

 

mindfulness_eating2

2 Comments

  1. Hola Claudia , mi nombre es Isabel maria y me atrevo a escribirte para darte las gracias por esta estupenda entrada que has publicado. Hace poco que he conocido la alimentación consciente gracias a pilar Casanova, y estoy buscando información para poder hacer algún curso, pero como siempre me pasa soy de cadiz y por aquí no hay nada, y me es difícil desplazarme….no tengo problemas de obesidad por ahora, porque en un año he engordado 8 kilos, por una adición a los hidratos de carbono..
    Bueno solo decirte que enhorabuena por poder disfrutar del Mindful eating y solo pedirte que lo sigas compartiendo

    • Hola Isabel Maria!
      gracias a ti por escribir y compartir tu experiencia con nosotros.
      Por supuesto que seguiré compartiendo mis descubrimiento sobre el mindful y cualquier otra herramienta/vivencia que pueda ser útil para vivir de forma más equilibrada y sana. Has mirado algún curso on line? creo que también hay programas en este sentido que a lo mejor puedes seguir también desde Cadiz.
      Seguímos en contacto. saludos Claudia

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *